martes, 4 de octubre de 2011

NUESTRA CONSIGNA ES Y SERÁ EDUCACIÓN GRATUIDAD PARA TODOS

Por Jaime Labra, Miembro del Colectivo Nodo, Derecho Universidad de Chile.

“Los tratados de derecho humanos son claros” (…) “Si bien la enseñanza primaria debe ser totalmente gratuita, los estados también están obligados a adoptar medidas para implantar la enseñanza secundaria y superior progresivamente gratuitas”

Estos son palabras de Kishore Singh, relator especial de Naciones Unidas en materia de educación. Estos dichos manifiestan una necesidad que es aceptada hasta en los estados con mayor desarrollo capitalista del mundo. Incluso en estas economías se ha entendido que el derecho a la educación no puede depender nivel adquisitivo de las familias. La necesidad de avanzar a una educación gratuita y de calidad en todos sus niveles, con un acceso igualitario, es urgente.

En este histórico año, la consigna de Educación Gratuita ha crecido a pasos agigantados. La Mesa de Diálogo con el gobierno este miércoles 5 de octubre se junta a discutir el tema con exclusividad y nosotros como estudiantes debemos tener una postura clara frente a la situación y al tema. Esto no significa en ningún caso que este sea el único tema relevante ni mucho menos, solo es uno más de los temas centrales que hay que discutir. Este artículo de acuerdo a la coyuntura, sin ser totalizante, intenta clarificar posturas en algunos puntos:

1) La Educación es un Derecho Social, no una Mercancía.

Este tema se ha tratado mucho, por lo que no me quiero extender, pero no está de más decirlo. La educación es un Derecho Social y como tal no puede estar supeditado a la capacidad adquisitiva de las familias, que es lo que sucede cuando se responde a la lógica del mercado. Por definición solo es demanda de una mercancía quien tiene los recursos suficientes para adquirirla. Al ser considerada la educación un Derecho Social (y no una mercancía), esta debe ser universal y equitativa para toda la población. Por lo tanto debe estar asegurado el acceso a este derecho para todos y dada la situación que vive nuestro país la única forma de lograr universalidad y equidad de este derecho es con gratuidad para todos.

2) Argumento en contra: “Los que pueden pagar que paguen”.

Uno de los principales argumentos que esgrimen contra la posibilidad de una educación gratuita es que el Estado no tiene porqué financiar la educación de los más ricos con el dinero de los más pobres. Se ha escuchado mucho últimamente en los medios de comunicación esta frase entre miembro de la concertación y la derecha. Este es un discurso claramente populista que intenta ver la medida como una petición aislada, para poder derrumbarla. Hay que comprender que el movimiento estudiantil está planteando un cambio radical del modelo educativo, del modelo de sociedad que queremos. Por lo tanto no podemos ver las demandas una por una, hay que ver como avanzamos hacia un cambio general del sistema.

Hoy, los más pobres han sido impedidos de ingresar a la Educación Superior, dado el sistema de selección a través de la PSU, que es claramente un filtro socio-económico sumergido en la lógica meritocrática. Como se ha sostenido también durante la movilización, esto hay que cambiarlo a través de políticas de Acceso Igualitario que se sobrepongan al filtro de la PSU y permita el acceso del pueblo a la Universidad. Las grandes mayorías explotadas del campo popular deben tomarse la academia e impregnarla con sus necesidades, generando un conocimiento al servicio del pueblo y sus luchas. Por lo tanto, la Universidad no debe ser un centro de reunión de los ricos y poderosos para ver como se hacen más ricos y poderosos. Pareciera que la gente que mantiene este argumento asume que esto es y será así.

Uno de las principales falacias de este argumento es que los recursos del estado no deberían porque ser escasos. En palabras de Carlos Pérez: “En cuarenta años la masa estudiantil total del país se ha duplicado, pero las ganancias obtenidas sólo por la extracción de cobre han aumentado ochenta veces. Los “recursos escasos” no son sino una excusa hipócrita enarbolada justamente por los que han contribuido a que actualmente sean escasos.

Este argumento en contra de la educación gratuita debe ser resuelto de mejor manera que solo manteniendo el statu quo. Debemos recoger la necesidad de que la Educación sea financiada por los más ricos de este país, pero no por medio de un financiamiento del pago de sus propios estudios, sino que a través de tributación al Estado por parte de las grandes empresas. Una reforma tributaria es indispensable para este objetivo. Los ricos y las grandes empresas deben financiar la educación, pero no solo la suya, sino que la del pueblo en su conjunto, por medio del pago de impuestos que centralicen los recursos y sean mejor repartidos en toda la población. Es aquí donde la demanda de Educación Gratuita cobra su real sentido.

3) No es lo mismo Gratuidad que Becas.

El ministro Bulnes se ha jactado de no ser intransigente ya que el está dispuesto a entregar gratuidad a los estudiantes pobres (se habla de los primero 7 deciles) a través de Becas. Pero no debemos olvidar que Beca no es sinónimo de Gratuidad.

En primer lugar las becas están en su mayoría condicionadas a un cierto rendimiento y a una serie de requisitos que dificultan la concreción de este Derecho Social. Por condiciones prácticas un estudiante pobre posiblemente tendrá que trabajar o tendrá que ocupar su tiempo en muchas más cosas que solo estudiar, dada su condición socio-económica, por lo que difícilmente podrá mantener un rendimiento elevado al nivel que exigen ciertas becas. Es sumamente injusto que a un estudiante pobre se le exija mayor rendimiento que el que se le exige a cualquier estudiante. Esto surge por una aberración inicial: Se cree que al estudiante pobre se le está haciendo un favor al educarlo sin que pague el total del arancel. Esto genera la siguiente dicotomía: Si eres pobre, para seguir estudiando (porque de lo contrario no podrás pagar) tienes que pasar con una nota tus ramos o pasar una cantidad ramos mínimo y si tienes dinero puedes pasar con una nota inferior a la de un pobre y seguir estudiando. Aunque esto se modificara, de todos modos, el condicionamiento de la institución que paga la beca, siempre será perjudicial para el estudiante.

Por otro lado existe la absurda situación que muchas que se suponen completas, pero no cubren la totalidad del arancel, por lo que el estudiante debe pagar de todos modos un monto. Esto se debe a que los aranceles de referencia que se utilizan no cubren la totalidad del precio de mercado, ya que los aranceles están determinados por este y no fijados por el Estado, dada la lógica del autofinanciamiento.

Ante esta situación entonces debemos ser claros: No queremos más becas, queremos gratuidad absoluta e incondicionada para los estudiantes. Que no haya más condición que los requisitos académicos que la universidad les pide a todos sus estudiantes. La gratuidad debe llegar por aportes basales a las Universidades.

4) Problema con Rectores

Lamentablemente el ministro ha dado en el clavo con respecto a esta situación. Al Estado le corresponde hacer de su política, una que permita un marco jurídico y social determinado que imponga la gratuidad, y por lo mismo entregar los fondos suficientes para que esta sea real (esto lo analizaremos en el punto 5).


Esto el ministro lo está utilizando para sacarse de encima un problema, pero lo cierto es que se nos viene una lucha interna muy relevante y que ha avanzado soterradamente durante la movilización. Ya se ha dicho por parte de algunos rectores que el financiamiento que llegará del Estado a las instituciones no se traducirá en bajas de aranceles. Está en manos de los rectores el cómo se utilizarán los fondos que se le administrarán a la Universidad. El principio de autofinanciamiento es algo que debemos combatir desde su raíz y los rectores no comparten esta apreciación. Tan aberrante será esto que mientras obtenemos más fondos para las Universidades Tradicionales, al mismo tiempo los rectores nos subirán los aranceles.


Las Universidades del Estado han sido arrastradas al juego del mercado. Es de vital importancia que gran parte de los recursos que obtengamos sean directamente para la eliminación o baja del arancel según el caso, ya que es la única forma de romper autofinanciamiento que hoy tiene a muchas familias endeudadas si poder pagar.


Debemos comprender también que los fondos que lograremos en su totalidad no deben ser exclusivamente para la educación gratuita, sino que también para el fortalecimiento de las instituciones de educación estatales. Debemos tener en cuenta que las universidades del Estado más precarizadas necesitan mayores aportes, que superen la rebaja o eliminación directa a futuro de los aranceles (gratuidad), para de esta manera usar estos recursos extras en la revitalización directa de la Educación Estatal y Pública.

5) Progresividad y Política de Estado

Este movimiento estudiantil está luchando (entre otras cosas) por EDUCACIÓN GRATUITA PARA TODOS EN TODOS SUS NIVELES. Eso no debemos olvidarlo nunca, más allá de los que salga de la mesa de diálogo o de las cosas que podamos obtener como reivindicaciones inmediatas.

Al tanto de esta situación entonces, debemos analizar también como encausamos estratégicamente esta pelea por Educación Gratuita en una reivindicación inmediata que nos permita seguir avanzando en esta lucha de largo aliento. Ya hemos frenado la oleada neoliberal privatizadora y hemos puesto en la palestra la idea de una Educación Gratuita y de Calidad. Debemos ahora concretizar este avance táctico e instaurar como Política de Estado esta reivindicación.

Es posible y probable que no obtengamos Educación Gratuita para todos desde esta mesa de diálogo que se nos plantea hoy en día, entonces ¿Qué es lo que el movimiento debe lograr en esta mesa con respecto a Gratuidad? La respuesta debe ahí ser clara: Primero debemos conseguir los fondos necesarios para lograr gratuidad en los sectores más pobres de la población y baja general de los aranceles, como reivindicación inmediata, pero al mismo tiempo el Estado de Chile debe comprometerse a avanzar progresivamente a la gratuidad para todos y este debe ser un objetivo del mismo Estado, que se traduzca en las disposiciones legales y constitucionales que aseguren este objetivo, con plazos definidos. Esta es la única forma de avanzar concretamente en la lucha que estamos llevando.

6) La Lucha Continua

Algunas consideraciones sobre lo anterior: Esto no significa invertir todas las fuerzas en esta mesa negociadora, ni mucho menos. Esto no es abandonar las demás formas de lucha ya que son indispensables para cualquier proceso como el que estamos llevando. Tampoco significa, en el caso de lograr el punto anterior, que debemos bajar la movilización en pos de un acuerdo. En ningún caso celebrar este supuesto “triunfo” (como lo denominaran algunos) de la mano del ejecutivo, como la gran respuesta a nuestra movilización.

La mesa de diálogo no es un objetivo final, solo puede ser útil para ENFRENTARSE al gobierno (y no continuar con una pelea absurda a través de los medios) y demostrar que este cede ante al avance de la lucha del pueblo. No valoro la mesa negociadora como un método de solución de conflictos, todo lo contrario solo nos permite hacer más visible el conflicto e incluso acrecentarlo. Es cierto, dada la desconfianza existente ante nuestra dirigencia por experiencias anteriores, las bases debemos estar atentas ante la posibilidad de la utilización de esta mesa con fines erróneos.

Esta postura de una reivindicación inmediata no significa bajarse de la movilización con lo que nos den, ni en entregarle el beneplácito al parlamento, significa amarrar elementos que nos permitan seguir dando la lucha en el presente y a futuro.

Por otro lado estos elementos que queremos amarrar, no necesariamente se van a lograr a través de una mesa de negociación, hay que dar la lucha ahí y es posible que perdamos y eso no nos puede desanimar. La lucha en ese caso debe avanzar por nuevos canales de presión. La movilización debe ser permanente hasta alcanzar no solo Educación Gratuita y de calidad para todos, sino que una sociedad más justa. Este es solo el comienzo.